16 mayo 2009

Esquirlas de aire. Capítulo Cinco

-¿Lo ves? ¿Ves como forma palabras?
La sangre de Silvia caía a borbotones en el suelo, creando un charco espeso, pero la chica no veía más que lo que era suyo estaba saliendo de su cuerpo para dejarla sin nada. Agarró las manos de Pier que todavía asían la empuñadura e intentó empujarlo hacia atrás para sacar la hoja de su estómago, pero las fuerzas ya habían huido también y sólo le quedó entregarse a su destino. Los huesos le temblaron, sus músculos aullaron de rabia, retorciendo con las vísceras que seguían luchando por sobrevivir. Las terminaciones nerviosas estallaron y el cerebro comenzó a palpitar, deseando destruir el cráneo y liberarse de la agonía. Un cúmulo de anhelos vertiginosos fluyó por los poros, palabras mal escritas, gestos torcidos, espirales de carne que se encontraban y separaban, estiraban de una punta y de la otra los dientes preñados de lágrimas, la lengua abotargada que se dividía en tres, un pliegue de vida, otra ecuación sin destino, una eyaculación insípida. Doblo mi cuerpo en dos partes, esas en otras dos, y dos más y más todavía hasta que desaparezco…
Y Silvia en el otro extremo del cuchillo, agarrándolo de la parte inofensiva con el metal incrustado en el cuerpo de Pier que la miraba sorprendido sin poder articular palabra. La chica vio su rostro reflejado en la pupila del hombre y comprobó como en su cara inocente se dibujaba la sonrisa que pobló sus pesadillas infantiles. Silvia se llevó una mano a su estómago y se percató de que estaba ilesa, al tiempo que Pier alzó sus brazos intentando alcanzarla para poder detenerla, en las muñecas del hombre había marcas que delataban que había sido fuertemente atado y ella dio como respuesta otro empujón al arma. Dentro del estómago giró el cuchillo para que el filo quedara hacia arriba y así comenzó a subirlo, creando una abertura infame en el cuerpo de Pier, que derramó su interior sólido sobre las manos de la asesina, liberando ya al torturado de la escena cruel, cayendo fulminado en un golpe sordo.
Dejó caer el arma al suelo, volvió a mirarse el abdomen, liso y perfecto, se tocó la cara con las manos ensangrentadas, volteó la mirada por la habitación, caminó, ya no le dolían las piernas, fue hasta la silla, se sentó, no reconoció haber estado allí, se acercó al muerto, le dio la vuelta, lo abofeteó, volvió a la silla, le lanzó una patada, a Pier, otra, cogió el cuchillo de nuevo, lo clavó en el cuello del inerte, en los ojos, en la frente, en los pulmones, en los brazos, en las manos, otra vez en los ojos, en los testículos, las piernas, de nuevo los ojos.
Una voz envejecida la llamó desde el exterior.
-¡Silvia! Es hora de salir ya.

…continuará…

8 comentarios:

lin-lin dijo...

¿En qué mente está el espejo que separa una herida de la otra?

Un gran texto, escribes muy bien ;)

PENELOPE dijo...

y ése giro?

sabremos quién es él en realidad?

porqué merece ella ese castigo? que ha he hecho? asumo que ella está pasando algún tipo de prueba o a lo mejor me equivoco

Oscar Olivares Lucio dijo...

Gracias lin.
Poco a poco se irá sabiendo todo, Pe.

Esten atentos a las pantallas.

tresblau dijo...

Casi me mareo y todo con tanto gore.

rafamapa dijo...

Llega lentamente,
insidiosa y zalamera
se apodera
de la mente.
Ves el reflejo
de la sombra,
pero sientes como tuyo,
el susurro constante
de su locura,
de su ansia,
y en ese instante,
el final, y el principio.

Bueno, pues poco a poco,
un final mas cercano?
gracias.

Anónimo dijo...

Por diosss... que sepas que nos tienes es ascuas

Morgana

Oscar Olivares Lucio dijo...

Hola a todos y gracias.

¿Y si ahora digo que es el fin de la primera temporada y sigo dentro de siete meses, rollo lost?

(es broma)

DavidG dijo...

esa lengua entres peazo mamada oiga jajaja

 

Mi carne en este Maldito Fuego © 2010